El residuo cero, con el que ya cuentan varios de los más importantes almacenes, consiste en que el 90% de los desechos sean reciclables. De esta manera se puede convertir, por ejemplo, el corcho en aislante para las paredes.
Entre los residuos reconvertibles están el plástico de las perchas, el cartón, el aceite vegetal, la cerámica o la madera. Por otro lado, hay un 10% de residuos no incluidos en este proceso, pero que también se pueden reconvertir: alimentos a punto de caducar, compresas…
De estos grandes almacenes destaca El Corte Inglés, que ha sido la primera empresa europea que ha obtenido la certificación de residuo cero. Para conseguir que la mayoría de los desechos se puedan volver a utilizar ha reorganizado las instalaciones, han mejorado la formación de sus empleados y han colaborado con entidades benéficas.
La gestión eficiente de los desechos llevada a cabo por estos centros comerciales permite que se produzcan menos y se puedan transformar en otros artículos.
La ley orgánica de protección de datos obliga a que ninguna tienda pueda dejar al descubierto los datos de sus clientes. Sin embargo, en dos tiendas de la marca de móviles Xiomi en Madrid se dejaron datos de clientes al descubierto.
Varios de los móviles que había en la tienda para que los visitantes miraran y compararan a la hora de comprarse uno, mostraban datos personales de otras personas. Facua, la asociación de Consumidores en Acción, se encargó de denunciar el suceso ante la Agencia Española de Protección de Datos, que ha impuesto una sanción a estas tiendas.
La multa por estas prácticas ilegales puede ser de hasta de diez millones de euros. En este caso la Agencia no ha impuesto una multa, pero si la marca vuelve a reincidir la recibirá de forma segura.
Cada día vemos en España, y en el resto de la Unión Europea y otros países del mundo, un mayor número de infracciones relacionadas con nuestros datos personales, que son utilizados para sacar provecho económico.
Algunos científicos ya alertan del peligro que supone el móvil para la salud, ya que se ha convertido en una adicción comparable al alcohol o las drogas. Para los médicos es importante que la gente se conciencie de que el móvil debe tener unos límites en nuestra vida.
Si no hacemos un uso responsable de esta útil herramienta, lo que ocurre cada vez con más frecuencia, advierten que puede crearnos graves problemas de salud. Ya que la dependencia, en este caso de un aparato electrónico, conlleva trastornos como la ansiedad.
Además, el exceso de tiempo mirando la pantalla también causa problemas de vista y de cervicales. Otros trastornos son la depresión, problemas para dormir o un exceso de impulsividad.
La adicción se ha bautizado con el nombre de nomofobia, es decir, miedo a estar sin el teléfono en la mano a todas horas.
El último caso de eutanasia de gran impacto en la opinión pública española, el de María José Carrasco, ayudada por su marido Ángel Hernández a morir tras esperar durante años a que se legalizara la eutanasia, ha conmocionado a muchos ciudadanos de diferentes creencias e ideologías.
Según un sondeo de Metroscopia, más del 60% de la población en España está de acuerdo con que se regule por ley el llamado derecho a morir dignamente. Ángel Hernández ha explicado en televisión en varias ocasiones que tenían la esperanza de que el Partido Socialista, que se ha comprometido a ello, legalizara finalmente la ayuda a morir.
Sin embargo, por ahora sigue siendo ilegal, ya que varios partidos no están de acuerdo con esta medida. No obstante, casos como el de Ángel y María o hace años el de Ramón Sampedro (llevado al cine por Amenábar en Mar adentro), han servido para presionar a los partidos que en un principio se habían mostrado en contra.
Todo apunta a que en la próxima legislatura el Congreso aprobará esta ley.
En Francia varias víctimas de abusos sexuales por parte del cura Bernard Preynat crearon una asociación llamada La palabra liberada. Durante años, el cardenal de Lyon, Philippe Barbarin supo que este cura era un pederasta y miró para otro lado, permitiendo que siguiera ejerciendo su profesión como si no pasara nada.
François Ozon, uno de los cineastas franceses más laureados, autor de películas como En la casa (que adaptaba un texto del dramaturgo español Juan Mayorga) o Joven y bonita, vio en esta historia su nueva película. Estos días se exhibe en los cines Golem de Madrid, a los que asistió Pedro Almodóvar cuando Ozon vino a presentarla.
La cinta, titulada Gracias a Dios, explica a través de tres víctimas muy distintas cómo la Iglesia católica no ha sabido apartar a curas enfermos, ni siquiera cuando esos mismos curas reconocieron desde un principio tener un problema mental y así se lo hicieron saber a sus superiores.
La cuestión, en este caso y en tantos otros, va más allá de la pederastia y se centra en la hipocresía de quienes pudiendo combatir el problema prefieren dejarlo estar.
En Cataluña han muerto en los últimos días tres bebés por culpa de una bacteria que se ha encontrado en varios hospitales. Se desconoce de dónde proviene, aunque los expertos explican que ya está controlada.
La bacteria ha sido diagnosticada en otros tres bebés que por ahora no han desarrollado la enfermedad que provoca. Se han tomado medidas de aislamiento y se ha hecho una limpieza exhaustiva, así como los bebés afectados han sido tratados por un personal especializado.
La mayoría de los 13 bebés que aislaron por ser portadores de la bacteria ya han sido dados de alta. El último bebé fallecido tenía otra serie de complicaciones derivadas de su prematuridad, según han explicado los médicos.
La bacteria, llamada klebsiella, se encuentra en muchos seres vivos, pero produce una enfermedad en los que son prematuros, ya que no están desarrollados lo suficiente para defenderse de ella.
A pesar de haber perdido 24 banderas azules, el galardón que se otorga a las playas que cumplen una serie de condiciones ambientales, España conserva 566 a lo largo de su territorio, lo que convierte a nuestro país en el que tiene más insignias de este tipo del mundo.
Este liderazgo lo ostenta desde el año 1987, aunque este año tiene un 4% menos de esas codiciadas banderas. Estos datos implican que en una de cada cinco playas podemos encontrar una bandera de este color. Además hay que sumar las que hay en los puertos, 98, y en las embarcaciones sostenibles, 5, por lo que la suma total es de 669.
La bajada del número de banderas este año es el mayor en los últimos, ya que por ejemplo en 2017 hubo siete menos que en 2016, pero en 2019 se trata del triple de banderas menos que en 2018.
Por otro lado, 7 playas que no contaban con esta insignia lo harán a partir de este verano.
Dos mujeres, primas, fundaron hace tres años Save the Mama, una web que ayuda a otras mujeres que hayan sufrido el cáncer de mama o que, como ellas, sean familiares de una mujer con dicha enfermedad.
Además de un sitio para informarse sobre la enfermedad, así como hablar con personas que han pasado por el mismo trance y compartir experiencias, la página también tiene un apartado destinado a la recaudación de fondos contra la variante más agresiva de este cáncer, llamada HER2+.
Ariadna y Jessica, que es como se llaman las dos fundadadoras, decidieron emprender este proyecto para concienciar a la gente pero también para apoyar a una comunidad, la de las mujeres que sufren esta enfermedad, que cada vez son más. Explican que no son psicólogas ni una ONG, simplemente quieren exponer su experiencia por si puede ser de ayuda.
El famoso modista y diseñador alemán ha fallecido esta mañana en París.
Karl Lagerfeld posando junto a su gato
Karl Lagerfeld (Hamburgo, 1933), el excéntrico y mundialmente famoso diseñador ha fallecido esta mañana en el Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine, situado en París. Las causas de su muerte aún se desconocen, aunque su ausencia por primera vez en 35 años en el desfile que celebró Chanel hace tres semanas, hacía presagiar que no atravesaba por su mejor momento.
Hijo de un padre ausente y una madre sobreprotectora, Lagerfeld comenzó a labrarse un nombre en el mundo de la moda en 1954 cuando ganó su primer concurso como diseñador textil en París, venciendo a un joven Yves Saint Laurent, con el que entablaría una relación de amistad y enemistad durante décadas. A partir de entonces, y después de varias colaboraciones, en el año 1965 la marca romana Fendi decide ponerle al frente de la empresa (en la que trabajaría hasta sus últimos días). Sin embargo, no fue hasta el año 1983 cuando Lagerfeld se convirtió en un icono. Y es que, en dicho año, los hermanos Wertheimer, propietarios por aquel entonces de Chanel, le ofrecieron un contrato de un millón de dólares al año para que reflotara la firma, que en los últimos tiempos deambulaba por las pasarelas sin un rumbo fijo. Ya en el cargo de diseñador jefe de la marca, logró transformar una firma que desde la muerte de Coco no había levantado cabeza. Para hacernos una idea, con Lagerfeld al frente de la firma, el imperio Chanel factura aproximadamente unos 8.000 millones de dólares anuales.
Lagerfeld cambió a su manera el mundo de la moda. Introdujo el concepto high fashion/ high camp, o lo que es lo mismo, la “alta costura con exageración”. Fue el primero que se atrevió a democratizar el lujo (acuñando el concepto de massclusividad). También fue pionero en trabajar para varias firmas simultáneamente (Chanel y Fendi), para el recelo de sus competidores. A pesar de ser un maestro de la costura, si por algo destacó el alemán fue por ser un excelso estilista. Al contrario de otras leyendas de la moda, a Lagerfeld no se le atribuye una prenda concreta (como en el caso de Saint Laurent y su esmoquin), sino que reintrodujo conceptos clásicos como los trajes de saco, las cadenas doradas o las perlas para adaptarlos a la época y modernizar así el estilismo de aquellos años. Algunas de las mayores celebrities se han puesto en sus manos a lo largo de su carrera, Carolina de Mónaco, Rihanna, Pharrell Williams o Julianne Moore son sólo algunos ejemplos.
Lagerfeld mantuvo y patentó su estética personal hasta convertirla en su símbolo: pelo blanco recogido en una coleta, traje negro y cuello blanco almidonado, cadenas, guantes sin dedos y gafas oscuras. Excéntrico hasta sus últimos días, Lagerfeld no dejaba a nadie indiferente con sus declaraciones. En 2012 llamó “gorda” a la cantante Adéle. Ha expresado en varias ocasiones su descontento con la política migratoria de Angela Merkel (llegando incluso a mencionar el Holocausto), tildó a todos los hombres rusos “de ser feos” y declaró estar harto del feminismo.
Su muerte, sumada a las de Saint Laurent o Givenchy, supone la desaparición casi definitiva de una generación de modistas “clásicos” surgida en el París de la posguerra y que tuvo su esplendor en los setenta. De dicha generación sólo sobrevive Valentino Garavani, aunque lleva varios años retirado de los desfiles.
¿Y ahora qué? ¿Cuál es el futuro de Chanel?
Son muchas las cuestiones sin resolver que deja el alemán tras su muerte. Para empezar, al no tener familiares cercanos, ni hijos que se sepa, su fortuna queda en manos del único ser vivo que le ha acompañado siempre, su ya famosa gata birmana Choupette, que hereda los casi 450 millones de dólares en los que se estima su fortuna. Dicha suma será administrada por una persona de la confianza de Lagerfeld, que se encargará de que a la afortunada heredera no le falte de nada.
Por otro lado, queda por saber quién será el sucesor del alemán al frente de Chanel, una ardua tarea para la que han sonado durante los últimos meses Albert Elbaz, Marc Jacobs e incluso Hedi Slimane. Todo parece indicar que será la que hasta su muerte fue la mano derecha de Lagerfeld, Virginie Vard. No lo tendrá nada fácil ya que el legado de Karl Lagerfeld es historia viva del mundo de la moda.
El cuerpo era de un hombre de 70 años, ingeniero de caminos y empleado de Telefónica, el cuerpo llevaba más de un año por causas naturales.
El pasado miércoles por la tarde la Policía Nacional de Vallecas recibió una llamada avisando que un grupo de personas intentaban okupar un piso en el barrio madrileño de Puente de Vallecas, pero cuando los agentes entraron en el lugar, descubrieron que había un cadáver momificado. El hallazgo tuvo lugar en una casa situada en el número 98 de la avenida de Pablo Neruda de Vallecas. La casa, además, estaba repleta de basura a causa del síndrome de Diógenes, enfermedad que el fallecido tenía.
No estaba casado, no tenía hijos ni tenía relación con ningún familiar. Tenía una casa en la sierra de Madrid y los vecinos pensaban que se había ido allí a vivir. Nadie allí pensaba que podría haber fallecido porque no habían notado ningún olor raro.
Hace 10 días unos miembros de un clan acudieron al bloque y se presentaron delante de la puerta de la casa, llamaron a los vecinos y preguntaron si la persona que allí vivía había fallecido como ellos sospechaban. Enseguida, los vecinos se asustaron y se reunieron de forma urgente convocando una reunión el pasado domingo 28 de abril. Tras varias gestiones, localizaron a una prima del hombre que era la única que se había preocupado en algún momento por él, pero ella solo pudo confirmar que no estaba viviendo en su casa de la sierra.
Finalmente los agentes entraron en el piso y en una de las habitaciones y se encontraron el cuerpo sin vida y momificado. El ambiente de la casa tras su muerte había propiciado que el cuerpo no entrase en el proceso de putrefacción.
Se descartó enseguida que se tratase de una muerta violenta.
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