Se han registrado 30 muertes de bebés y las autoridades han pedido que las cunas se dejen de usar inmediatamente.

El modelo de Fisher Price “Rock´n Play Sleeper” ha sido retirado de manera voluntaria -retiro impulsado por la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CSP) – del mercado.
La comercialización del producto comenzó en el año 2009, y ya en 2015 se alegó la muerte de 10 bebés por girarse boca abajo sin estar atados. Por eso, en 2015 se pidió a los padres que dejaran de usar la silla una vez que sus hijos ya fueran capaces de darse la vuelta (a los 3 meses de edad aproximadamente).
La marca alega que todos estos incidentes se deben al incorrecto cumplimiento de las advertencias de seguridad, pero que no dudará en retirar todas las sillas y proceder a su reembolso por el peligro que suponen.
Lo advertía la presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría, Kyle Yasuda: «Este producto es mortal y debe ser retirado inmediatamente», así como la responsable del grupo de trabajo de la Asociación Americana de Pediatría, Rachel Moon: «No podemos -dijo- poner más vidas de niños en peligro. La cama inclinada Rock’Play debe retirarse del mercado inmediatamente. No cumple con las recomendaciones de nuestra asociación para un ambiente de sueño seguro para cualquier bebé, que siempre deben dormir boca arriba, en una superficie para dormir separada, plana y firme, sin parachoques ni ropa de cama».
Las autoridades australianas ya se adelantaron cuando decidieron prohibir este producto en 2011.
Según varias fuentes de abogados, las familias que han sufrido la muerte de un bebé a causa de este producto se están planteando tomar medidas legales para que se lleve a cabo una compensación acorde con estas consecuencias tan graves que se han visto en ciertos casos.